Lowrider – Brinca, brinca

El origen del tuning Lowrider viene desde los años 50 cuando los mexicanos que vivían en USA compraban los Chevrolet más baratos. Como la gran mayoría no tenía dinero, para bajar la suspensión y estilizar el coche, ponían sacos de arena. Por supuesto, también adornaban interiores y exteriores para hacerlos más espectaculares.

Durante esos años, California tenía unas leyes muy estrictas contra los vehículos que llevaban una suspensión muy baja, así que para solucionar este gran problema, a alguien se le ocurrió poner un sistema hidráulico en las suspensiones de los coches, de modo que podían subir y bajar el coche a su antojo.

Este sistema se fue perfeccionando y mejorando hasta el punto de que los coches americanos Lowriders pueden saltar y hacer caballitos.

¿Cómo funciona un LowRider?

Cómo ya hemos comentado, se cambia la suspensión normal por una hidráulica. En el maletero llevan un par de bombas que se encargan de bombear aceite para llevarlo a los cilindros de la suspensión, haciendo que suban o que bajen.

La energía para activar estas bombas viene dada gracias a unas baterías, y a través de un activador, el conductor se encarga de mandar la orden de activar el lado que desee.

Más tarde se ha inventado un sistema que en vez de bombear aceite, se bombea aire, que es más económico y más fácil de utilizar, aunque no tiene la misma fuerza que los de aceite.

El coche perfecto para el LowRider

El coche perfecto, como es de esperar, no existe. Pero debido a su bajo coste de la época, los coches americanos más utilizados para tunear eran los Chevrolet Impala, algunos Cadillac y vehículos de la marca Ford.

Imágenes de coches LowRider

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